lunes, 22 de octubre de 2012

Palabras




¡Buenos días, Princesa!
¡He soñado toda la noche contigo!
Íbamos al cine y tu llevabas ese vestido rosa
que me gusta tanto, 
¡Sólo pienso en ti, Princesa!
¡Pienso siempre en ti!

La vida es bella, Roberto Benigni.



Quien pudiera escuchar esas palabras,
 o cualquier otra al despertar,
 cualquier palabra es hermosa 
si es escrita con tu voz
 y pronunciada por tus labios,
 la esperanza me hace soñar con ello,
 y tus ojos ayudan a ello.

Miro al cielo, aquello tan bello.
Pienso en ti,
tengo ganas de ti,
Sólo de ti...

Malditos sean tus labios, 
tus ojos 
y tu risa.
Maldito sea todo lo que hay en ti, 
porque hace que me pierda a mi.
Deseo sentir tus ojos,
deseo tocar tus labios,
y deseo ser la risa
que ilumina tu rostro.

Quiero acunarte cuando tengas lágrimas, 
consolarte, cuando lo veas todo perdido,
y entonces ser tu abrigo,
abrigarte cuando haga frío,
ser tu agua cuando la sed te  devore...

Porque algún día, 
me gustaría susurrarte
al oído, 
o quizás gritarlo bien alto, 
para que de todos sea sabido, 
que eres el dueño de mi amor...

Te quiero,
Y quiero decirte,
una mañana de Diciembre,
¡Ey, despierta,
que ya es hora!

Y que me respondas,
¿Por qué si el verte, 
es para mí,
 un sueño?
Déjame soñar contigo,
una vez más cada día,
de manera que este sueño
sea eterno...





Un día de Octubre,
 una chica que miraba al cielo, 
buscando una  estrella
 que su corazón pudiese 
tomar reclusa

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